Viva el Perú Carajo




 Los criollos de antaño reviven sus glorias y cada año con menos fuerza salen de sus sarcófagos con los bigotes pintados y el pelo engominado. Quieren  sopa caliente y todo licuado.


Salen los criollos, con la cara pintada de rojo y blanco y el pecho inflado de purito orgullo, con las mismas canciones, nadie compone nada nuevo, nadie lo hará, se acabó.
Los restaurantes están llenos, la atencion es lenta, los canales en cadena, los comerciales cursis, chicas A1 con polo peruano, los circos mexicanos, los animales sufren,  los hostales caros, ya no hay feria del hogar  ni salón de los espejos, los bigotes, las chelas, las guitarras, los cajones, los negros, la bulla, los choros, vacean tu casa, la pintura, los estrados, las escarapelas csm, el algodón dulce, Augusto Polo Campos a punto de llorar, el ambiente se torna gris, los juegos caros, agosto misio, los frejoles con seco, las putas cobran caro, la AV. Brasil con cachacos y caca de caballo, el protocolo, los taxistas, coca cola se aprovecha, los chilenos celebran en sus tiendas ancladas en tu tierra.

Cuchillo Machete Limon


Cuando cumplí  trece años,  empecé a perder  progresivamente el interés en jugar con mis primos, nuestras vacaciones la pasábamos juntos en casa de la abuela.

Mi abuela tenía un carácter comprensivamente vidrioso y, como no serlo, si todos los nietos iban a su casa desde muy temprano a robarle los relámpagos de tranquilidad. 
Para suerte de nosotros vivíamos convenientemente muy cerca, Beto, Liz y Carlitos, vivían a dos cuadras y yo vivía a cinco cuadras, llegábamos sincronizados a casa de la abuela, para plasmar nuestro portentoso talento para el ocio; jugar con la tierra de las macetas, subir a la azotea para jugar con las gallinas que mi abuelo engordaba con esmero, detonar con cohetecillos las viejas paredes devastadas por los años.

Por las noches jugábamos en la calle hasta muy tarde, nuestros juegos favoritos eran:  las escondidas, lingo y mata gente. (Añoro la energía que teníamos por esos días)  lo único que importaba era jugar y  esperar el domingo. Los domingos el abuelo, nos daba la propina, a golpe de las siete de la noche ordenaba a mi abuela que saque la cartera del ropero, tarea que mi abuela desempeñaba a regañadientes, era un ropero viejo y sus bisagras lloriqueaban, a nosotros ese llanto era una calida vocecilla angelical que nos advertía para precipitarnos al comedor a paso ligero.  Estábamos parados en fila india en el comedor, estacionados estratégicamente frente a la puerta de la habitación de los abuelos. Mi angustia se incrementaba al ver salir a mi abuela con la vieja cartera de cuero con asas de metal , de ella se veían salir los fajos de billetes, que mis abuelos convenientemente habían decidido ahorrar en casa, los billetes se conservaban aún con el cintillo que le ponían en el banco y,  el olor a nuevo,  la propina se repartía de mayor a menor  y,  en lo que canta un gallo rompíamos filas corriendo saltarines y exitados a la tienda de la esquina.

Así transcurrían mis días de verano. En vacaciones  recibía la visita de mi primo Michel, el era tres años mayor y,  su afición por el fútbol era desmedida, el solía desaparecerse varias horas y al volver con los brazos y las piernas chorreadas por el sudor, contaba con entusiasmo su participación en algún campeonato de barrio, pero ya por esos días mi interés por el fútbol se desvanecía, lo único que disfrutaba era patear la pelota al arco imaginario que dibujábamos en la pared de la casa de mis abuelos.  Mi primo Michel y yo, disfrutábamos ese juego particularmente porque una vecina de edad avanzada, que vivía a tres casas de la de nuestros abuelos,  se sentaba en una silla vieja y reposaba el almuerzo.
Mi talento para el fútbol era imperceptible, digamos que ya el hecho de patear la pelota era suficiente y,  para ser sincero, yo no pedía más y,  para que más, digo ahora, si el fútbol es una escuela de metros sexuales y delincuentes machistas agresivos. Mis jugadas brillantes y deplorable talento, eran el preámbulo del acontecimiento mas importante de la tarde, por alguna razón inexplicable mis piernas no respondían a mis ordenes y,  siempre me salía un pelotazo desviado, una bala perdida que tomaba rumbos desconocidos, uno de ellos podía ser el techo de la casa y, el otro, el mas frecuente, el más esperado de la tarde, era ver la pelota aproximarse hacia la vieja de la silla, eran minutos interminables ver la pelota girar en el aire, era delicioso, digno de participar en un programa de videos graciosos, mientras esperábamos el fatal desenlace, mi primo gritaba para darle mas emoción al evento, Cuidadooooo
la pelota caía de bruces sobre la señora, quien parecía esperar con hidalguía, lo que la hacia sentir viva, mi primo soltaba la carcajada cachacienta y reventábamos de risa, mientras tanto la señora se ponía de pie maldiciéndonos, sacaba un cuchillo de la cocina y amenazaba a la pelota mirándonos a los ojos, esperando nuestros ruegos y lamentaciones,  pidiendole que le perdone la vida a la pelota, que no lo volveríamos a hacer, que nos la entregue. Tras nuestras humillaciones ella nos tiraba la pelota y nos arreaba para que juguemos mas allá, en otras oportunidades nos había desinflado algunas pelotas, se había ensañado, atravesando el cuchillo en su pechito saltarín, sus ojos enrojecidos parecían ver en la pelota nuestros pechos frágiles.

Un día intente jugar en el equipo de barrio, sentía que talvez podía ser parte de ese equipo y,  que no seria muy difícil patear la pelota y meter un gol y, que todos  me feliciten, que sea una pieza clave en ese equipo, después de todo había disparado algunas tardes, unos certeros pelotazos a la vieja de la silla, le dije a mi primo y a sus amigos que no sabia jugar muy bien y ellos respondieron:

--es una pichanguita, normal nomás chochera--
--a ya piolarespondí

Comenzó la pichanguita,  la pelota no llegaba a mis pies, yo corría en varias direcciones, dando la apariencia que sabia lo que hacia, me acercaba al arco y esperaba un pase para definir un gran gol, a pesar que hacia esfuerzos pidiendo la pelota, nadie se atrevía a pasármela (porque no querían arriesgar la jugada seguro, pero yo  no perdía las esperanzas) y,  llegó por fin el momento esperado, mi primo me dio un pase, la bola venia hacia mi, era mi oportunidad para demostrarle a los chicos del barrio que yo era tan bueno como ellos, sentí una emocion indescriptible, mis piernas flacas esperaban la pelota corriendo sobre mi sitio como reflejo de ansiedad, la pelota estaba delante mió, tome aire incline mi cuerpo hacia la izquierda, abrí mis brazos para dar mas equilibrio a mis movimientos, solté la gran patada con mirada furiosa, todos me alentaban y echaban porras

ya chibolo yaaaaaa, ya carajo!, pateaaaaaaaa!, pateé la pelota y al mismo tiempo solté un grito de poder aaaaaaaaaaaaaaaaaaah conchaesumadre! La bola se precipito algunos metros arriba del arco, sentí mucha rabia, pero no podía ser tan malo, el próximo tiro me ligaría dije para mis adentros, los reproches e insultos no se hicieron esperar
--la cagas chibolo de mierdadijo uno --¿que haces huevon que haces?-- Preguntó otro, yo no sabia que responder, estaba decepcionado, seguí jugando y,  esta vez tenia que demostrar  que podía meter un gol, pero para mi mala suerte los siguientes ataques fueron mas desafortunados y los insultos se subían de tono.

--puta madre que se vaya este chibolo-- vociferó uno
--pero es una pichanguita pe-- dije
--calla huevon que pichanguita ni pichanguita, no jodas vete!!—dijo

Salí de esa cancha recogí mis ilusiones, las cargue en el bolsillo y caminé hasta mi casa,  con la promesa que jamás volvería jugar una pichanguita.

Recuerdo que para el mundial España 82, mi abuelo y mis tíos se reunían a ver el fútbol, instalaban un televisor grande en la sala,  ponían unas cortinas oscuras y,  se sentaban atentos al televisor con sus miradas hipnotizadas, yo caminaba despistado por delante del televisor y gritaban quita de ahí carajo!

Ese mismo año mi primo Beto, que era contemporáneo con mi primo Michel, estaba interesado en otras cosas, el no regresaba a las 6 de la tarde sucio y sudoroso, mas bien todo lo contrario, a esa hora salía recién bañado y oloroso, bien vestido, provisto de su cajita de chiclets y unas monedas para gastar. Empecé a interesarme más por las salidas nocturnas y perdí el interés por los juegos de niño. Tenia cierta afinidad con mi primo Beto,  porque compartíamos el mismo gusto por la música, escuchaba indochina y muchas veces venia a la casa del abuelo cantando, pero un día me sorprendió, me hizo escuchar un casette que había grabado de la radio, era un compilado; Cindirella, Bon Jovi, Poison, Skid Row, Stryper, lo escudábamos incansables una y otra vez y,  le subíamos todo el volumen al toca casettes, un día trajo del colegio un casette de una música estridente,   pero muy interesante, era un casette de Sodom- In the sing of evil – 1984, una banda alemana, el cambio fue radical,  porque yo venia escuchando el  Pajaro Loco, Michael Jackson, A que kiko, Timbiriche, Menudo y otros grupetes que mi padre me mandaba de Venezuela.
La admiración por mi primo creció y mis gustos musicales cambiaron radicalmente, algunas veces lo acompañaba en sus salidas nocturnas, yo trataba de confundirme entre sus amigos, ellos hablaban de chicas guapas y,  las cosas que les harían si las tendrían en sus manos, algunos de ellos ya tenían enamoradas y mi primo no se quedaba atrás, ya que el tenia un talento innato para conquistar chicas, yo en cambio no había tenido enamorada, pero si contacto con el sexo opuesto ,se podría decir que a mi corta edad ya conocía ciertas cosas que otros niños ignoraban. Pero esa es otra historia.

Todos los chicos que eran mayores que yo, tenían sus novias y mi primo también, un día me adelante a la casa de la enamorada de mi primo, él me había mandado con un recado y quería que me quede con ella hasta que él llegase.  Ella era, o es, rubia, robusta y guapa, se llamaba, o se llama, Ursula, tenía 16 o 17 años aproximadamente y yo apenas 13, ya teníamos cierta confianza,  porque no era la primera vez que acompañaba a mi primo. Esa noche conversamos en la escalera de su casa, no recuerdo de que hablábamos, ella movía sus labios rojos e inflamados y acariciaba su cabello dejando desvanecer sus dedos entre las fibras de su pelo rubio, yo estaba relajado me sentía en confianza e imaginaba las cochinaditas que mi primo hacia con ella, de pronto ella me pregunto:

--¿y tú has chapado con alguien?—
-- claro, tsssrespondí desinflándome como quien dice. Obvio flaquita esa pregunta ni se pregunta.
--¿a Si?, ¿y con quien?—repreguntó
-- con una chibola de la cuadra donde vive Betorespondí.

Lo cual era cierto,pero me incomodaban sus preguntas, porque mi primo y yo hacíamos campeonatos para ver quien duraba mas besando a su respectiva chibola, no importaba quien ganara,  la cosa es que estábamos chapando y, no  podia delatar a mi primo.

--jajajaja ¿y como chapas?—preguntó, con una voz burlona
--¿como chapas tu? repregunté
--a ya, quédate ahí nomás sentadito y cierra los ojosdijo

Y se acerco con su aliento lujurioso, debo admitir que me moría de miedo porque era mayor que yo,  pero ese beso riquísimo me laxó por completo y,  me sobrevinieron unas ganas desconocidas de hacerla mía,  pero mi pequeño cuerpo seria incapaz de domar a esa mujer y,  entendí que eso solo era un juego, éramos amantes de paso, lo nuestro no podía ser, era un amor prohibido (eso pensaba yo),  ella solo atinó a acariciarme el pelo y arrojarme una mirada de ternura. Cinco minutos después entro mi primo con un cigarrillo en la mano y masticando un chicle con una sonrisa de galán de telenovela, pero mas parecia una version peruana de los New Kids on the Block.
Se saludaron y ella lo abrazó como si nada hubiera pasado entre nosotros, yo me aleje un poco para darles privacidad.
 Días después ellos habían decidido que yo debía tener una enamorada, así que planearon todo con sumo cuidado y me dieron a escoger entre dos chicas que me señalaron de lejos, las dos eran guapas de pelito castaño, una era mas alta que la otra, Karen y Andrea, yo no quería tener enamorada,  pero si quería ser como los amigos de mi primo, tenia que tener una noviecita para no estorbar a los demás.

Una tarde me dijeron que ya estaba todo arreglado, yo me habia decidido por Karen, me gustó particularmente ella por su carita de niña buena y,  su pelo ensortijado color castaño,  además su estatura era la mas conveniente,  aunque parecía tener mucha mas experiencia que yo, a pesar de su corta edad.

Esa misma tarde tenía que declararle mi amor, el amor que no sentía.  Allí estaba ella con sus amigos, entre ellos había un chico amanerado, que hacia las veces de alcahuete,  mi primo y su novia me miraban desde el balcón y me daban indicaciones que yo rechazaba.

--ya anda al toque nomás, vamos mándate y te la chapasme decían
--ya carajo, no jodan. Como si no supieradije

Tenia que cruzar la calle y caminar algunos metros y plantarme allí de bruces sobre el pavimento, las manos me sudaban, sentía la mirada de Karen y sus amigos, como si supieran a que iba, la mirada de mi primo y su novia,  ya me encontraba  a medio camino, a paso firme, quería regresar corriendo a mi casa,  pero no podía,  finalmente llegué,  me estacioné tres metros delante de ella,  me sentía vacío, era un desalmado (vi como mi alma salio despavorida  y muerta de miedo), mi cuerpo estaba mas frió, mi garganta seca ya no producía saliva, mis piernas temblaban, estaba pálido, me arme de valor y le dije con voz temblorosa:

-Karen podemos hablar en seguida se escucharon gritos y silbidos burlones
-¿me dices a mi?—preguntó, como haciéndose la cojuda, esta expresión me dio mucha rabia,  Si, a ti perra, pensé
--Si un ratito nomásdije, se puso de pie y camino hacia mí, los gritos y burlas no dejaban de sonar
-- vamos al frentedije.

Me dio un besito y caminamos hacia un edificio, en el camino le hacia preguntas tontas y cuando por fin llegamos le dije:

--hay que sentarnos acá—

Estábamos en uno de los escalones del edificio, estaba oscuro y hacia frió, el piso estaba frió muy frió, tome sus manos, ella advirtió el sudor de mis manos y me soltó rápidamente, se hizo un silencio estremecedor, no sabía que decir para romper el hielo, pero algo tenia que decir, así que tenia que ser directo.

--quieres estar conmigodije
--ya puesdijo

Me proyecté sobre ella como una bestia salvaje y nos besamos por largo rato, su aliento a menta me embriagó, quizás desde ese día no soporto ver a las chicas masticar chicle. Después de besarnos nos pusimos de pie, gracias le dije y, hasta ahora  no se porque dije eso.  Ella bajó rápidamente las escaleras y me dijo: chaooo, con su miradita coqueta de perrita obediente.

Al día siguiente me levanté un poco tarde, me sentía cansado y,  recordé que tenia enamorada, pero no quería verla, tenia que hacer algo para deshacerme de ese compromiso, así que opte por ausentarme y evitar acompañar a mi primo.
Había descubierto que mis manos sudaban cuando estaba expuesto a situaciones incomodas, estaba seguro que el fútbol no era mas que un miserable juego, en el que participaban una manada de hombres primitivos, había descubierto el amor por la música y,  perdía progresivamente mi entusiasmo por jugar con mi primos, era evidente que ya estaba entrando a otra etapa de mi vida y, estaba resuelto a descubrir cosas nuevas en los próximos años.

Paz inverencial


Hace aproximadamente trece años, practicaba Gnosis, práctica que he venido postergando hace muchos años, quizás porque mis demonios terminaron apoderándose de mi voluntad para ser una mejor persona, debo confesar que gracias a la Gnosis, pude manejar un suceso insípido en mi vida, precisamente por manejar totalmente despersonificado, gracias a una dieta rica en cannabis y alcohol.

Éramos un grupo de gentes un poco locas, paranoicas y rebeldes  por conviccion,  habíamos decidido rebelarnos en contra de todas las doctrinas y  religiones llenas de buenas intenciones, pero necesarias para nuestra sociedad:   en estas inglesias hay de todo;   altares, imágenes imponentes, cánticos celestiales, agua bendita, excepto Dios.
Nos rebelamos contra los dogmas, contra el padre nuestro de paporreta, queríamos experimentar y comprobar.
Concurrían todo tipo de personas; ex evangelistas, ex católicos, ex mormones, ex masones, ex militares, ex de algunos amigos, curiosos, gente solitaria que tal vez aspiraban ser miembros de un club de amigos, esquizofrénicos sedados, libidinosos, gente joven y no muy joven, señoras neuróticas, madres solteras, mujeres abandonadas, homosexuales reprimidos que huyeron humillados en silencio,   porque para el movimiento la homosexualidad era una forma de  involución.

Los objetivos básicos era conocer, admitir y destruir a nuestros demonios, mediante el auto análisis minucioso de nuestras emociones, esta practica tan difícil y necesaria para conocernos, es la única forma para evitar hacer o decir barbaridades, y evitar así,  el humillante hecho de ir a contarle a un cura o líder de alguna secta religiosa,  nuestros pecados y debilidades. Otra de las prácticas era, el desdoblamiento astral, técnica que, no sé, si me sirvió de mucho,  pero fue muy divertida.
Otra práctica frecuente era contactar con extraterrestres y para ser sincero, nunca hicimos contacto con alguno, y dudo habrían tenido conocimiento que pretendíamos contactarlos,  pero  estábamos llenos de optimismo y  ensayábamos nuestro saludo para cuando llegase la hora,  viajábamos todos los sábados a una playa llamada Chilca, ubicada al sur de Lima, se dice que dicha playa es la preferida de los extraterrestres, porque en ellas podían cargarse de energía.
A estas alturas de mi vida ya no creo en los mitos, solo se que hay energía en todas partes  y  es lógico pensar que otros seres pueden habitar el universo,  pero nunca los he visto, y sospecho que nunca los veré,  lo único que esta probado es que,  se ha  lucrado mucho al respecto.

Una madrugada dormía placidamente, soñando con una doncella que complacía con devoción mis bajos instintos sexuales, con una mística adoración al phalo, mirándome etéreamente y esperando sumisa una ráfaga de semen en su piel de porcelana,  y de pronto alguien me despertó violentamente, desperté de mala gana y desorientado, traté de ver quien se había atrevido a sacarme de ese sueño, que aún no había terminado.

Escuché una voz que me dijo:

--despierta , son los hermanaos mayores--(era mi primo con quien compartía la habitación y compartíamos también los estudios gnósticos)

--Hermanos que!!-- respondí
--los hermanos mayores, levántate vamos a la azotea— dijo, con voz calmada
--¿como sabes?— pregunté
--no sé, estaba durmiendo y desperté de la nada, algo me dice que debemos subir a la azotea, es una señaldijo

Y lo dijo con tanta seguridad, que en su mirada pude notar que hablaba en serio, ya había llegado el momento que tanto habíamos esperado, de inmediato me despabilé, me puse  zapatillas, una casaca y subimos. Era invierno y la neblina suele bajar y velar la visión, conforme íbamos subiendo la niebla se hacia mas contundente, cuando llegamos no podía creer lo que estaba viendo, era una esfera luminosa muy grande y estaba flotando sobre un parque cerca de nuestra casa, había una luz que se desprendía de la base de la nave hasta el suelo, un frió estremecedor me invadió,   era un OVNI,  limpié mis ojos de las legañas y me concentré en lo que estaba viendo, quizás estaban siendo abducidas algunas personas a través de esa luz, a pesar que la neblina no nos permitía ver bien, era evidente lo que estaba pasando allí ( por mi cabeza pasaban muchos pensamientos, que pasaría con mi familia, quien alimentaría a mi perro, si mi primo y yo estábamos a punto de ser rescatados de este planeta autodestructivo a punto de hacerce mierda, que pasaría con nuestras familias), todavía no salía de mi asombro, estaba pasmado y  mi primo dijo con una voz calidad y llena de sabiduría:  Hagamos el saludo   (El saludo consistía en extender el brazo derecho y hacer una señal con los dedos, índice, medio y anular).

--paz inverencialdijimos con total convicción que venían por nosotros.

De pronto la niebla empezó a disiparse, mi angustia se incrementaba, tenia la boca seca y unas ganas contenidas de orinar, porque lograría ver a las personas subiendo por aquella luz que se disparaba del Objeto Volador No Identificado, para mi sorpresa cuando la neblina se despejó lo único que identifiqué es que era un Objeto,  pero no era volador,  lo que nos había jugado una mala pasada en complicidad con la espesa neblina de la madrugada, no era mas que un gran poste que sostenía un faro esférico con reflectores alrededor de él,  un miserable poste de los tantos que se habían instalado en medio de todos los parques del distrito probablemente esa misma tarde, una broma pesada,  de mal gusto, un capricho en el que la naturaleza había confabulado contra nosotros.

Todavía no sé si fue una broma, o si mi primo se había levantado a caminar para conjurar a algunas entidades negativas como solía hacer, y vio el supuesto OVNI  y  claro, convenientemente no me dijo toda verdad. Lo único que sé, es que a partir de esa noche,  deje de creer en los hermanos mayores.

Soy un borracho sin capital




Un día desperté con la inquietud de incursionar en el divertido mundo textil; telas, colores, hilos, remalles, pinturas, mallas, etcétera. Influenciado por algunos chicos, influenciados también por alguna loca argentina o un loquillo español que introdujo en el mercado una tendencia subversiva en contra de la moda masiva de los grandes almacenes de ropa, que justifican su victoria vistiéndonos a todos igual, como hermanos gemelos y arriesgándonos a encontrarnos con algún hermano No reconocido en la combi.  Somos hijos putativos de un dictador de la moda  y debo reconocer con humildad mi derrota por haber comprado algunas prendas allí  y,  peor fué el bochorno cuando tuve un encuentro cercano, No del tercer tipo, si no más bien del primer tipo, el  tipo que me crucé en la calle con la misma casaca que yo vestía.

Provisto de un pequeño capital que mi madre me había prestado y  que naturalmente aún no le he pagado,  sin saber por donde comenzar,  le comente mi inquietud a una amiga que estaba en mi lista de contactos del msn, habíamos chateado varias veces,  contándonos cosas frívolas y compartiendo nuestros gustos por la música, le dije que quería hacer polos, que sabia que en gamarra podría comprar la tela, pero necesitaba saber algo de telas, a ella le pareció  paja ,  me dijo que me pondría en contacto con su enamorado,  porque él hizo polos alguna vez y quizás podía ayudarme.

Y asi fué

Nos reunimos más rápido de lo que pensé, (no se,  sí  fue  por celos o por el simple afán de querer conocerme),  llegué gracias a un croquis y unas referencias confusas, tan confusas como mi nuevo amigo.
Emprendí mi largo viaje en el viejo dinosaurio, la línea 94 que me lleva a campoy.
Llegué con cierto temor porque no conocía el lugar, en el camino pensaba que todo podía ser una emboscada y,  me quitarían todo el dinero que llevaba.   Al llegar con los zapatos llenos de polvo,  conocí donde vivía y me pareció bastante amplio,  conversamos de todo; música, sexo, mujeres, hombres, hombres que querían ser mujeres, mujeres que querían a mujeres y de una posible sociedad que nunca se concretó.  Todo acompañado por un potente equipo estereofónico y unas refrescantes chelas heladitas lo justo!!
Amanecí en un sillón con el aliento avinagrado, el clásico sentimiento de culpa y la promesa que jamás volvería a beber de esa manera tan endemoniada,  rápidamente me senté en el sillón abochornado porque había vomitado el riquísimo seco de cabrito del almuerzo anterior y  la hermana menor de mi amigo de copas, me dijo: limpia tu buitre.  Regresé aturdido a mi casa, me conecte al msn y  descubrí que había sido victima de una travesura que me pareció muy ocurrente, me habían cambiado el nick,  ahora era 
"un borracho sin capital"

Ya se me estaba acabando el dinero y  no se concretaba la sociedad,  y  tampoco me presentaba al famoso costurero de polos del que me había hablado tanto, quizás por la pereza la cual moraba en su cuerpo como un inquilino con un contrato de alquiler venta, que finalmente terminaría por apropiarse de su vida.

El 24 de diciembre del mismo año,  mí amigo perezoso y yo,  el más holgazán, que luchaba por divorciarse de ese defecto,  porque ya me acercaba tímidamente a los treinta, y  los treinta se acercaban a mí,  a paso largo y con mirada vengativa.
Fuimos esa mañana a la fabrica donde conocería al joven de los polos, llegamos con cámara fotográfica en mano para capturar algún evento gracioso y ser lo mas impertinentes que pudiéramos ser. Los trabajadores lo saludaban con cariño, estaban celebrando con sus familiares la navidad con un panetón de marca desconocida en una mano y en la otra un champagne Noche Buena, a una temperatura inapropiada para dicha bebida.  Mi amigo de copas correspondía sus muestras de afecto induciéndolos a que abran su champagne, petición que ellos no podían negarse aunque quisieran. En ese momento me di cuenta que solo habíamos ido para chupar.

Horas después estábamos ebrios sentados en una banca afuera de una tienda con muchos amigos (amigos que no había visto nunca en mi vida y que no volví a ver más),  tomé una foto a un meón desesperado y creo que fue la mejor foto de ese año, mi amigo ebrio y lunático,  dejó caer la cámara,  me enfadé con él por ser tan irresponsable,  siendo yo el mas irresponsable de los dos.  Me di cuenta de la hora, ya se acercaba la navidad eran aproximadamente las seis de la tarde y ya no podíamos seguir bebiendo tan lejos, asi que decidímos irnos de inmediato.  Esa navidad yo la iba a pasar solo,  porque mi madre y mi abuela viajaron al norte.

Cuando llegamos a su casa, comimos algo, no recuerdo si bebimos más,  pero lo que si recuerdo,  es que todos se fueron a celebrar la navidad en casa de su abuelita. Eran aproximadamente las 11pm,  yo estaba sentado frente a la computadora,  no había nadie en su casa,  en el patio estaba Don Juan (no se llamaba Juan, le decían así por pendenciero), él estaba cocinado un lechón, que lo comerían en noche buena, cuando regrese la familia para continuar la celebración, a mi ya me había pasado el efecto del alcohol y, me sobrevino una nostalgia inexplicable, quería salir de allí corriendo, extrañaba la navidad cuando era niño en casa de mi abuelo. Salí de la casa me despedí de Don Juan, me pidió que me quede,  pero ya no quería estar allí,   caminé hasta la avenida,   espere a mi dinosaurio y viaje con melancolía,  pensando en todas las cosas que podrían hacerme sentir más triste. Extrañe a mi ex, que me había abandonado por otro hombre, extrañé a mi madre y mi abuela,  porque estaban lejos, extrañé a mi Padre,  bueno a él lo sigo extrañando.
De pronto suena mi celular,  era el pelotúdo de mi amigo que se había olvidado de adoptarme por una noche buena, quería que tome un taxi hasta la casa de su abuela para celebrar la navidad,   pero ya era navidad y  yo estaba en el microbús celebrando mi patética noche buena,  que resulto ser malísima. Aunque pude ir decidí quedarme en mi sitio,  porque había estado mucho tiempo bebiendo lejos y prefería estar cerca de mi casa y  también tenia que bajar de la azotea a Baxter mi perro,  que probablemente estaba llorando de miedo.

Mi propiedad privada



Hace unos días retornaba adormecido a mi casa, sentado en ese enorme dinosaurio, una maquina imponente, que me arrulla una hora y media de regreso a mi distrito húmedo, frío y gris. De repente reconocí en un paradero, a una vieja amiga, no tan vieja y tampoco eramos muy amigos, en realidad una joven de 19 años de mirada amable, fotogénica y, que evidentemente nunca seria capitana de la selección de voley, dado que la naturaleza había sido mezquina con ella en cuanto a su estatura, (la conocí hace cinco años a través de un amigo músico), de pronto abordó el microbús en el que yo viajába resignado, y recordé un evento semanas atrás:
"Caminaba por una avenida y alcancé a verla subiendo a un bus, vestida con ropa deportiva y un maletín. A lo lejos logré ver que no tomó asiento y permaneció parada en el pasadizo frente a los pasajeros, lo cual me desconcertó y conmovió al mismo tiempo, ya que lo ultimo que supe de ella es que se dedicaba al oficio mas antiguo y, me pareció plausible verla vendiendo probablemente enciclopedias desactualizadas"

Una vez montada en mi viejo dinosaurio que emponzoñaba la cuidad con su aliento, se presentó cordialmente ante los pasajeros, entre los que me encontraba yo agazapado,  ella prosiguió con un discurso aprendido en un curso acelerado de oratoria callejera, con un tonillo a vendedor de gomitas, de inútiles ensartadores de agujas ahorradores de tiempo y deliciosos productos golosinarios.   Para mi sorpresa no vendía nada, se arrojó al escenario improvisado, interpretando una canción criolla de letra posesiva y despechada, al terminar el recital urbano agradeció con una reverencia esperando un apoyo voluntario, quise darle una moneda, pero preferí evitarle el bochorno.   Dos días después la encontré en el msn, la saludé, fuí amable y ella también, le ofrecí, conseguirle un trabajo, quizás en una tienda de ropa, le dije que no le prometía nada, pero que le avisaría si había algo, al leer ella mi texto, lleno de buenas intenciones, respondió con una risa cachacienta (juajuajuajuajuauaaa), y me dijo:
"tu crees que yo voy a trabajar en una tienda 12 horas diarias para ganar una miseria, pudiendo ganar  50 soles diarios en mi trabajo momentaneo" De inmediato y sin pensarlo dos veces le pregunte si necesitaba un acompañamiento de guitarra.