Quiero Ser

Jorge Parodi (coquito) es un adolescente de 17 años, vive en barrios altos, unos de los barrios marginados de lima, barrio que por nada del mundo caminaría un sábado a las once de la noche.



La confirmación es una ordenanza religiosa que todo católico caótico debe vencerse, confirmar que ser católico es lo que realmente quiere para toda la vida, habiendo sido bautizado y recibido la primera comunión, la confirmación es un paso importante y urge realizar dicho ritual.


Los padres de Coco están preparando todo, cuidando sus bolsillos y escogiendo próvidamente al padrino de Coquito, las tías de Coco sugieren a un amigo de la familia que es gobernador de la cuidad y siempre que hay una actividad (pollada bailable) él se porta con las cervezas y los pollos porque el gobernador esta enamorado de Lucha la morena mas rica de la cuadra.

Listo. Coquito tiene padrino, atracó el tío, porque se lo pidió la negra Lucha, con esa culata de repisa y sus tetas paraditas no hay teniente gobernador, alcalde o senador que se cohíba. Y no es la primera vez que el excelentisimo gobernador es padrino, porque ya le bautizó el chico a la negra Lucha.


Solo falta una semana para la confirmación, los tíos, primos, amigos de familia y gorriones ya están a la expectativa del tono para el fin de semana, la gentita se esta asegurando con los falsos de coca, la tía Pocha pide las chelas que va a vender para el tono de la confirmación, el padre de Coquito se fue a la cachina a comprarse un saco para el evento, porque debe estar presentable para el día mas importante de su hijo y porque no decirlo también para él. Ahora que el gobernador será su compadre le tiene que dar una chambita y por fin dejar su oficio de controlador de combi.


Coquito se prepara para su retiro de tres días, se dirige a su habitación se arrodilla al pie de la cama, apoya sus codos en la cama, entrelaza sus dedos, cierra los ojos y conversa para sus adentros con su padre celestial


-padre mío Dios mío dame fuerzas y voluntad para ser tu siervo y cada día ser mejor, dame la sabiduría para perdonar a mis compañeros y entender que algunos elegimos este camino porque queremos y otros porque es una oportunidad para conseguir cosas-


Coco advierte que el piso de madera del umbral de su cuarto se hunde y rechina abriéndose la puerta repentinamente, Coco ya esta de pie, su padre esta parado frente a él, lo mira como quien mira a un extraño, lo escanea con la mirada.


- ¿que haces pelotudo, que hacías de rodillas? ¡Rezando! –


-No pa-


-a ya cuidadito no mas que estés con esas mariconadas-


-no nada que ver pa, estaba buscando mis sandalias-


- ya ya carajo préstame tus zapatillas que tengo una pichanguita con la gente del paradero-


Coco regresó del retiro, dentro de él sentía una satisfacción indescriptible, un sentimiento de haber asimilado fielmente el lavado de cerebro que para él no fue eso si no mas bien la voz de Dios quien le habló y abrió los brazos.


Coco no será un cura, y mucho menos un fanático religioso, Coco no quiere ir al burdel, Coco quiere ser casto hasta el matrimonio. Muchos pensamos que el catolicismo es una farsa, una corporación que nos sirve y servimos, la fe es darse el privilegio de vivir feliz creyendo que todo será enmendado. Muchos creemos en Dios pero no en los caminos que nos han insertado, algunos renegamos con nuestras madres y abuelitas porque les prenden velitas misioneras a sus santos, imponiendo nuestra forma de pensar o sentir pero realmente no cambiaremos nada ¿y porque queremos siempre cambiarlo todo? Por creer que lo sabemos todo.


Dejemos a Coco tranquilo, a las abuelitas, a los que prenden velitas misioneras, a las mamachas que nos agarran latigazos con las ramas de ruda, a los que se arrodillan frente a la iglesia, a los que visten de morado, a los que juran por Dios y por la patria.


Por mi parte quiero rendirme y evidenciar que mi única fe es la que siento cuando mi madre toda las mañanas me da la bendición y lo único que realmente voy a extrañar en mi corta vida es eso.



   QUE DIOS Y LA SANTISIMA TRINIDAD BENDIGA A TODOS menos a Augusto Ferrando

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